jueves, 12 de enero de 2012

Un valor único.


Hace algunos años que ya había olvidado que existía un medio en el cual podía desahogar mis pensamientos y emociones, y siempre es bueno reencontrarlo.

La vida da muchas vueltas, como todos lo sabemos. La vida es dura.

Recordaré algo que ví hace unos cuantos días, justo cuando acompañé a mi madre a buscar materiales para las artesanías en las que ha estado trabajando..
Ella realmente emocionada me dijo:
- Mira ésos cuadros, son muy modernos, me encantan.
- Tienes toda la razón.
- Escoge los que te gustan, aprenderé a hacerlos y los colocaremos en la casa, justo al lado de las escaleras.

Algo tan simple me hizo darme cuenta de ésto. Los cuadros eran abstractos pues cada lado del marco estaba destruído, separado, inconcluso o uniforme, totalmente asimétrico. Sin embargo, rodeaba hermosos paisajes. Hace algunos años muchas personas habrían tirado sus marcos rotos, asimétricos, "imperfectos" ..

Creo que éstos últimos años no hice más que darme cuenta que no era el chico que creía llegaría a ser. No era el mejor estudiante, no era el mejor hijo, y mucho menos el mejor novio. Y el último golpe fue llegar a asimilarlo, y a resignarme, a no ser más que lo que sobró del Mario que alguna vez idealicé y que no existe más.

Así es. Ahora soy el Mario imperfecto. Y sigo encerrando ése maravilloso paisaje, en un marco cada día más abstracto y complejo. Talvez menos comercial pues no creo cumplir más con el perfil del chico ideal, y para ser honesto, me aburrí de vender dicha idea. Pero de algo estoy seguro, mi nuevo valor está en cada astilla que llena las maderas de mi marco, en cada clavo mal puesto, y uno que otro oxidado por un par de lagrimas.

Un valor único.